lunes, 21 de mayo de 2012

El lado oscuro de la lactancia para la madre

Desde Mara, apoyamos y hablamos de lactancia. Nos gusto mucho este articulo publicado en el blog Consulta lactancia: ver aqui.

Autor: Patricia Lopez Izquierdo


Amamantar siempre es beneficioso para las mujeres, lo cual no es sinónimo de que siempre sea placentero.
Es más , puedo afirmar que a veces es sumamente desagradable.
Y no me refiero a la dureza de los inicios o a las noches de alta demanda, al dolor de las heridas en el pezón o al malestar de las mastitis… Eso también es malo claro, pero de eso hablaremos en otra ocasión.
De lo que hoy quiero hablaros es de lo que hemos dado en llamar “La agitación del amamantamiento”(En una traducción un poco forzada de su nombre en inglés que  leímos hace ya algunos años en este artículo :LLLI | La Agitación del Amamantamiento.)
Cuando la lactancia es ya algo normal en nuestra vida,  porque el pequeño ya tiene por lo general más de un año, y casi siempre más de dos…De repente, algo cambia…Esos momentos tan bonitos, de relax y acercamiento con nuestro bebé, empiezan a resultar desagradables, la primera sensación suele ser de impaciencia… Una especie de urgencia por que ¡acabe ya!…Que si no hay respuesta se transforma en una especie de angustia, de ganas de gritar y de salir corriendo, algo que solo se puede definir como un verdadero rechazo visceral hacia la lactancia en sí ,y por extensión hacia nuestro hijo.
Esto es psicológicamente  muy difícil de digerir por una madre que se creía ya bien concienciada  para dar el pecho todo lo que  él /ella quisiera… Si nunca has oído hablar de esto, la primera reacción es de extrañeza, rabia, culpa y pena.
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Que es lo que hago mal? ¿ Ya no soy  buena madre? ¿ Es que amamantar a bebés grandes es malo ( como todo el mundo me decía)?
A menudo este rechazo coincide con molestias, hipersensibilidad, o dolor en los pezones, a veces relacionados con el ciclo menstrual y muchas veces con un nuevo embarazo.
La mayoría de las madres que lo sufren son las nuevamente embarazadas que tenían idea de seguir amamantando a su bebé grande; y a veces más cuando ya ha nacido el pequeño y el mayor demanda pecho aun con más insistencia.
Pero las mamás de tándem no son las únicas que “se agitan”, a veces ocurre sin más cuando los bebés  son mayorcitos y de alguna forma el cuerpo se pone  solo en “modo destete”, para consternación de las madres que teníamos otras ideas racionales al respecto.
Y Entonces ¿que hacemos?
Lo primero que suele ayudar  a sobrellevarlo es simplemente ACEPTARLO. Nos sentimos así y no podemos negarlo ni tampoco cambiarlo sencillamente.
Algunas madres deciden iniciar el destete en ese momento, parece una opción muy lógica y desde luego muy respetable, aunque un destete dirigido rara vez es sencillo, y supondrá seguramente otros tantos retos que superar  para la madre (y aun más para el bebé)
Otras intentamos aguantar el tirón  y seguir amamantando (el fin y al cabo destetar es tan difícil)…
Para eso nos pueden ayudar algunos trucos, o mejor dicho algo de la sabiduría maternal compartida.
- Intentar acortar las tomas. Si el bebé ya puede comprenderlo, le explicamos que ha de parar de mamar en poco tiempo, contando hasta 10, hasta 5 o lo que queramos. Suele dar mejor resultado esto que intentar posponer, si  se da cuenta de que le rehuimos normalmente se pone ansioso y quiere mamar cada vez más y más veces. Mejor no negar.
- Relajarnos antes de darle, respirar hondo e intentar pensar en la lactancia como era antes: normal y placentera para ambos.
- Mejorar el agarre. ¿A estas alturas? preguntaréis. Pues sí; porque muchos niños de alguna forma “se olvidan” de mamar a cierta edad , y lo que hacen es chupetear el pezón, marcan los dientes, y sea como sea maman de una manera muy irritante para nosotras. A veces si les mostramos que han de abrir más la boca , o los abrazamos bien pegados a nuestro cuerpo la sensación mejora. Otras veces, podemos intentar sujetar la mandíbula y el pecho por debajo  a la vez con la palma de la mano: esta inmovilización reduce la fricción de la lengua sobre el pezón ,y suele aminorar la molestia…
No son soluciones mágicas, solo ideas prácticas que puede que nos ayuden.
No conozco estudios científicos sobre este tema, “solo” conozco la experiencia de muchas madres que -como yo-lo han pasado, y por eso quiero agradecerles a todas y cada una, que nos lo hayan contado; solo el saber que “no eres tan rara” ayuda a sentirse mucho mejor ¿verdad?
La buena noticia es que la agitación suele ser una fase más de la lactancia , así que  lo que queda es que  ¡se pasará!

No hay comentarios:

Publicar un comentario